Modelo tras ser madre

Hay países que tiene la capacidad de producir sin descanso bellas mujeres. En el listado de dichos países, Brasil figura en un lugar preferencial. En Brasil vieron la luz mujeres como Gisele Bundchen, Adriana Lima, Alessandra Ambrosio, Isabeli Fontana, Raica Oliveira, Ana Beatriz Barros o Fernanda Motta. Todas ellas harían las delicias de cualquier hombre amante de la belleza. Todas ellas son modelos y ha desfilado en las mejores pasarelas del mundo. A esa misma división pertenece la espectacular modelo brasileña Lais Ribeiro.

Nacida el 5 de octubre de 1990 en Teresina, capital del estado de Piauí, en el nordeste de Brasil, Lais Ribeiro es una de esas bellas mujeres brasileñas que derrochan sensualidad por todos los poros de su piel. Hija de una profesora de portugués y de un funcionario público y madre desde que era muy joven, cuando tenía 17 años, (de hecho, Lais Ribeiro no se estrenó en el modelaje hasta un año después de dar a luz a su hijo), Lais Ribeiro inició estudios de enfermería y realizó su primer desfile en el año 2010, durante la semana de la moda de Nueva York. En esa ocasión desfiló para Rag and Bone’s.

El éxito conseguido en Nueva York llevó a Lais Ribeiro a la semana de la moda de Milán, donde desfiló para Roberto Cavalli, Gucci, Dolce & Gabbana y Versace. Desde entonces, Lais Ribeiro ha desfilado para las mejores marcas. Entre ellas podemos destacar Christian Dior, Hermés, Givenchy, Ralph Lauren, Óscar de la Renta, Jean Paul Gaultier, Carolina Herrera o DKNY, entre otras.

Tras desfilar por primera vez para Victoria’s Secret en 2010, en 2015 lo hizo por vez primera como ángel oficial de la marca. Desde entonces, Lais Ribeiro se ha convertido en uno de los rostros más reconocidos de la famosa marca de lencería, hasta el punto de que el año pasado fue la elegida para lucir el Fantasy Bra, una pieza en la que la lencería y la joyería se dan la mano y que sólo lucen las modelos más famosas.

La carrera profesional de Lais Ribeiro hace justicia a la belleza de esta sensual mujer cuyo color de piel invita a pensar en todos los placeres que se podrían disfrutar junto a ella en una playa oceánica o en una cabaña a orillas del mar. Las medidas que de Lais Ribeiro se dan en la red hablan de la espectacularidad monumental de esta bella brasilera. Las informaciones de las que hablamos hablan de sus 180 cm de altura y de unas medidas de 79-58-84. Ciertamente, las de Lais Ribeiro son unas medidas espectaculares. Esas medidas, unidas a unos labios carnosamente sensuales y a una mirada penetrante que, al mismo tiempo, parece acariciarte, son el carnet de presentación de esta mujer que se nos vuelve extraordinariamente humana cuando aparece en alguna fotografía, sin Photoshop, luciendo esas estrías que las mujeres suelen lucir en sus caderas.

Las estrías de Lais Ribeiro sirven para convertírnosla en una mujer mucho más cercana y quizás por ello mucho más al alcance de nuestras posibilidades, mucho más deseable, que esas diosas que se ocultan tras la mascarada seductora del Photoshop. Las estrías de Lais Ribeiro producen erecciones por el mero hecho de estar colocadas en ese cuerpo paradisíaco en que lo están. Podríamos repasarlas con la punta del dedo, con la lengua, con nuestra viciosa imaginación que disparata sin remedio cuando convertimos a Lais Ribeiro en un sueño tan tópico como excitante, tan común como afrodisíaco. Las estrías de Lais Ribeiro convierten a esta diosa de la pasarela en una imaginada compañera de facultad, la chica a la que todos deseamos y que un día, mira por dónde, en una fiesta universitaria, cuando el alcohol ha empezado a hacer de las suyas, se nos entrega para descubrirnos que el paraíso soñado puede estar más cerca de lo que pensamos, justamente al lado nuestro, al alcance de nuestras manos y nuestros labios, tan cálido como húmedo y tan bello como lujurioso.

Las tetas de Lais Ribeiro, el culo de Lais Ribeiro y el maravilloso cuerpo desnudo de Lais Ribeiro, todo ese conjunto de maravillas de la feminidad que, en otras circunstancias, soñaríamos como inalcanzable, se nos pone a tiro de la imaginación sin que ésta deba realizar demasiados esfuerzos cuando sabemos de esas benditas estrías. Por ellas brindamos, Lais Ribeiro, mientras te imaginamos follando. Con nosotros, por supuesto.