Jeff Koons: el artista vivo más caro del mundo

Si hay un nombre que tiene la capacidad de poner los pelos de punta a más de un crítico literario ése es el de Jeff Koons. Y eso que de su obra se ha dicho, por ejemplo, que posee una gran belleza y una alta intensidad emocional y que hay museos, como el prestigioso Whitney Museum de Nueva York, que han dedicado a alguna exposición sobre sus obras un espacio mucho más grande que el dedicado en su día a exposiciones de autores de la talla de Rothko, Pollock o, incluso, Andy Warhol. Respecto a la retrospectiva que sobre su obra realizó el mencionado museo, Bárbara Celis, periodista cultural, firmó un artículo en El Confidencial con el siguiente título: “Jeff Koons, el gran timo del artista vivo más caro del mundo”. Sin duda, este autor despierta amores y odios a partes iguales.

Pero… ¿quién es Jeff Koons y por qué hablamos de él en este espacio dedicado al erotismo? Si introducimos su nombre en Google veremos que las fuentes siempre bien informadas de la Wikipedia nos dicen que Jeff Koons es un bróker estadounidense que dio el salto al mundo del arte desde su oficio de corredor de bolsa en Wall Street tras haber estudiado pintura en el Instituto de Arte de Chicago y el Colegio de Arte de Maryland. Tras tildarlo de “empresario especulador que supo publicitar su obra”, Wikipedia nos cuenta que la obra de Jeff Koons destaca “por el uso del kitsch y su frecuente monumentalidad”. Para ilustrar tal afirmación, Wikipedia ilustra la entrada con dos fotografías. En ambas aparece Puppy, un gigantesco perro (un west highland terrier, nos dicen) cubierto de plantas en flor que se alza, imponente, al lado del Guggenheim de Bilbao.

El marido de Cicciolina

Lógicamente, no es esa escultura y tampoco ninguna de las obras expuestas en el mencionado museo neoyorquino en la retrospectiva de su obra lo que nos ha hecho incluir a Jeff Koons en el listado de artistas eróticos a los que de manera periódica venimos dedicando un espacio en nuestra web. Si Jeff Koons está aquí es, en parte, porque en su día fue marido de Ilona Staller, la célebre Cicciolina que fue, además de actriz porno, cantante y política que llegó a ser parlamentaria representando al Partido Radical Italiano.

El hecho de ser marido de una actriz porno, por famosa que esta sea, no es motivo, por supuesto, para colocar a Jeff Koons en nuestra selección de artistas eróticos. El motivo de su inclusión aquí es que Ilona Staller fue algo más que la esposa de Jeff Koons y la madre de un hijo que, tras la separación y divorcio de la pareja (Koons y Staller sólo estuvieron casados poco más de un año), fue motivo de pleito entre los dos. Ilona Staller fue la musa de algunas de las obras de Jeff Koons y, sobre todo, la protagonista junto a él de la serie fotográfica y escultórica Made in Heaven (Hecho en el Cielo).

Made in Heaven

Pese a tener el mismo título que el decimoquinto álbum de estudio de la banda británica Queen, editado en noviembre de 1995, cuatro años después de que falleciera su famoso vocalista, Freddie Mercury, y aprovechando algunas grabaciones de estudio que había hecho meses antes de su muerte, el trabajo fotográfico y escultórico de Jeff Koons poco tenía que ver con la obra de la mítica banda de Mercury, May, Taylor y Deacon. Y es que nada en el disco de la banda británica remite al erotismo o a la pornografía tan claramente presente en el Made in Heaven de Jeff Koons.

El Made in Heaven de Jeff Koons es, en esencia, una colección de fotografías y esculturas realizadas con plástico, cristal, madera o mármol en las que aparecen el polémico artista norteamericano y su no menos polémica esposa practicando sexo. Expuesta por vez primera en la Bienal de Venecia de 1990, esta colección de fotografías fue, de alguna manera, una versión moderna y descocada de la historia de Adán y Eva.

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El Made in Heaven de Jeff Koons desdibujaba las líneas existentes entre el erotismo y la pornografía. Primeros planos del pene de Koons introducido en la vagina de Staller colocaban ciertamente las fotografías del norteamericano en el terreno de la pornografía. Koons, excelente publicista de sí mismo y provocador incansable, consiguió con esta serie fotográfica una resonancia mundial que no hizo sino acrecentar una fama que le ha hecho colocarse, actualmente, entre los artistas más ricos y exitosos del planeta.

Jeff Koons ha dicho de Made in Heaven que estaba inspirada en el famosísimo cuadro de Courbet El origen del mundo, que tiene que ver con lo eterno y lo sexual, que trata de dos polos de la vida (lo biológico y lo espiritual), que habla de la seguridad que tiene cada uno con su propio cuerpo, del significado que posee el estar en relación con la naturaleza… Jeff Koons quiso, con su Made in Heaven, hacer que la gente meditase sobre cómo en demasiadas ocasiones el cuerpo es percibido como un objeto de vergüenza y culpa. Para ello se sirvió de un estilo que ha sido calificado de pornokitsch y que bebía de diferentes fuentes artísticas históricas. En estilo que Jeff Koons plasma en Made in Heaven se observan resonancias barrocas y rococó y, junto al ya citado Courbet, se puede intuir el peso de la obra de autores como Boucher, Fragonard o Bernini.

Buscando la plasmación de todas las ideas anteriormente expuestas, Jeff Koons se planteó, incluso, realizar una película junto a su entonces esposa para acabar de mostrar todas esas ideas. Ahora, años después, reconoce que no se sintió cómodo con la idea de llevar al celuloide lo que se mostraba en fotografías o esculturas. En cierto modo, las obras de Made in Heaven eran, según propias palabras de Jeff Koons, un límite para lo que quería expresar.

La sensación de haberse extralimitado en la propuesta artística de Made in Heaven llegó incluso en su momento a incomodar a Koons. En plenas disputas sobre la custodia de su hijo en común (ésta le fue otorgada al artista estadounidense, pero la actriz y política de origen húngaro marchó de EEUU con el pequeño), Koons llegó a destruir algunas de las obras que formaban parte de Made in Heaven.

Algunas de las obras de Made in Heaven han alcanzado un extraordinario valor en subastas. En la famosa galería Sotheby’s, por ejemplo, se han llegado a pagar 800.000 dólares por alguna de las obras incluidas en Made in Heaven. Recogemos en este post algunas de las obras que formaron parte de esta sin duda inolvidable colección de obras eróticas que han tenido el lujo de ser expuestas en lugares como el parisino Centro Georges Pompidou o el Guggenheim bilbaíno.