El autorretrato erótico

En alguna ocasión hemos hablado en esta sección de cómo una persona llegada desde el autodidactismo acababa triunfando en el mundo de la fotografía erótica. Hoy vamos a hablar de una de esas personas que, sin formación específica en imagen (o con una formación básica) han acabado abriéndose un hueco y ganándose un prestigio en el mundo de la fotografía: Nora Ness.

Nacida en Múnich en 1961, Nora Ness dedicó gran parte de su vida a trabajar como química en un laboratorio. No en vano, entre 1986 y 1993 Nora Ness estudió química en la Technichal University de Múnich. Durante ese tiempo, Ness compaginó sus estudios con su trabajo como modelo. Tras finalizar sus estudios, Nora Ness se dedicó a la investigación biomédica. En 2006, sin embargo, empezó a dar sus primeros pasos en el arte que la iba a convertir en una artista conocida en todo el mundo: la fotografía.

La fotografía erótica de Nora Ness tiene mucho de exhibicionista. No en vano, la protagonista de todas sus fotografías eróticas es siempre ella misma. Nora se mira provocativamente en el espejo, posa para sí misma y se fotografía. Lo que resulta de ese trabajo de autoobservación es siempre una imagen pura, sin alteración digital alguna, y en la que, en mayor o menor medida, aparece el cuerpo desnudo de Nora Ness.

La fotografía de Nora Ness es siempre el resultado de una performance cuidadosamente planificada cuidadosamente y que la misma Nora realiza frente al espejo. ¿El objetivo? Captar momentos eróticos que impacten en el observador pero que no resulten marcadamente pornográficos. Es decir: a Nora Ness le gusta pasearse sobre la cuerda floja que siempre se ha dicho que separa el erotismo de la pornografía. Para Nora Ness la pornografía es algo plano, carente de erotismo y, en su mayor parte, fruto de una mirada esencialmente masculina. Ella, por el contrario, muestra con su forma de fotografiar su cuerpo sus sensaciones eróticas y su pasión, y lo hace con los ojos de una mujer. A pesar de ello, el público de la fotografía erótica de Nora Ness no tiene género. Las producciones de esta fotógrafa alemana están destinadas tanto a hombres como mujeres. Unas y otros pueden encontrar placentero el contemplar unas imágenes que Nora Ness intenta captar sin dejarse influenciar por las normas que la práctica masculina de la fotografía erótica ha acabado imponiendo, de una manera u otra, sobre el género.

Nora Ness dice realizar una obra en la que se mezclan, más allá de su creatividad, “un poco de exhibicionismo y algunas cucharadas de voyeurismo”.

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Provocación y auto-indagación

La fotógrafa alemana se reconoce a sí misma como una autora provocadora. Para ella, la provocación es una parte fundamental de su trabajo como fotógrafa erótica. El espejo y la imagen que, de ella, desnuda, refleja éste, es el instrumento que Nora Ness utiliza para dejar con las vergüenzas al aire la moralidad falsa e hipócrita de una sociedad que con demasiada facilidad se avergüenza al contemplar cualquier acto que tenga que ver con nuestra sexualidad y su disfrute.

Para Nora Ness, el arte erótico (y con él, por supuesto, la fotografía erótica) debe servir para vivificar nuestra sexualidad y despertar nuestra mente. La obra será erótica, según esta fotógrafa, si se alcanza ese objetivo vivificador. A ella, personalmente, le sirve para conocerse mejor, para indagar dentro de sus propias emociones y sentimientos eróticos, para saber cómo ella misma puede reaccionar a los estímulos eróticos. En cierto modo, dice Nora Ness, cada una de sus fotografías es como uno de los muchos experimentos científicos que ha realizado a lo largo de su vida como química: un proceso cuidadosamente diseñado con un resultado desconocido.

Nora Ness afirma también que su obra fotográfica debe servir para mostrar cómo el erotismo y la pasión no son exclusividad de la juventud y de los cuerpos perfectos. La pasión y el erotismo pueden ser vividos en cualquier momento de la vida y por personas con cualquier tipo de características físicas. Los cuerpos, afirma Nora Ness, están hechos para dar y recibir placer.

Las obras de Nora Ness han sido expuestas en diferentes museos y galerías. Entre todos esos lugares destacan la Saatchi Galley (Londres), el Museo Británico de Arte Erótico, la Bienal de Alejandría, la sala Pier Giuseppe Carini (Arezzo) o la Kunstjkeller Gallery de Dresden. El prestigio de Nora Ness como fotógrafa erótica ha permitido a la Ness colocarse como una de las fotógrafas eróticas más cotizadas. Una de sus obras puede costar entre 2.500 y 9.000 euros. Aquí te dejamos alguna muestra de sus obras para que puedas colocar o no a Nora Ness en el altar de tus fotógrafos y fotógrafas eróticas de referencia.

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