El sexo de los invidentes

Playboy, la mundialmente famosa revista fundada por el celebérrimo Hugh Hefner en 1953, fue, en su momento una pionera en el intento de acercar el erotismo a los invidentes. Que los ciegos pudieran leer los contenidos de Playboy fue uno de los objetivos de los editores de la publicación. Para alcanzar dicho objetivo lanzó al mercado una edición de la revista en braille, el sistema de lectura y escritura táctil ideado por Louis Braille a mediados del siglo XIX. El braille, que había permitido a un gran número de invidentes acceder al gozo de la lectura, iba a permitirles ahora saborear la sensualidad y el erotismo de gran parte de los contenidos de la célebre revista del conejito. Esta iniciativa de los editores de Playboy duró 15 años, exactamente los que van de 1970 a 1985.

A la iniciativa de Playboy, sin embargo, le faltaba dar el paso que dio la fotógrafa canadiense Lisa J. Murphy cuando, en 2010, elaboró y lanzó al mercado Tactile Mind, un libro erótico para invidentes que, realizado con páginas termoformadas, ofrecía 17 imágenes de desnudos para que las personas ciegas pudieran disfrutar de dichos desnudos sirviéndose del tacto. Las imágenes, en Tactile Mind, iban acompañadas de textos en braille.

Tactile Mind ofrecía a los invidentes la posibilidad de, por ejemplo, acariciar el torso de un hombre musculado con un piercing en un pezón, los pechos de una mujer con el cabello suelto o a una mujer arrodillada que, enmascarada, sólo tenía como prenda un cinturón atado en sus caderas. Junto a estas imágenes Tactile Mind ofrecía, también, la posibilidad de acariciar el pene de un muchacho con su vello respectivo y una vagina en un muy verista primer plano.

El objetivo principal de Lisa J. Murphy al lanzar este libro erótico para ciegos al mercado era, según sus propias palabras, intentar hacer ver a la sociedad que las personas discapacitadas son seres sexuales. En demasiadas ocasiones, señalaba Lisa J. Murphy se ve a los invidentes como seres no sexuales. Romper ese estereotipo y, al mismo tiempo, dotar a los invidentes de instrumentos que les permitieran la posibilidad de gozar de su sexualidad, era el objetivo principal que debía cumplir Tacile Mind.

Derribando barreras

Ahora, cinco años después de la iniciativa de Lisa J. Murphy, es una artista sueca, Nina Linde, quien ha llevado a cabo una iniciativa semejante. En esta ocasión, el nuevo libro erótico para ciegos lleva por título Kungliga Biblioteket. Según la autora del mismo, el libro busca ante todo la estimulación sexual. Lejos de calificarlo de pornográfico, Nina Linde cree que Kungliga Biblioteket intenta paliar una injusticia que se le hizo especialmente palpable cuando visitó la biblioteca Braille de Estocolmo. En dicha biblioteca no había ninguna publicación de carácter erótico para invidentes. Linde, al igual que había considerado Murphy, pensó que dicha carencia era debida a un pensamiento socialmente demasiado arraigado y que se fundamenta en la costumbre de despojar de sentido del erotismo a las personas invidentes. Intentar luchar contra ese prejuicio es la razón de ser fundamental de este libro erótico para invidentes que es Kungliga Biblioteket y en el que pueden “palparse” encuentros entre parejas hetero y homosexuales, escenas de sexo en grupo y alguna imagen de carácter sadomasoquista.

Desde este rincón consagrado al erotismo aplaudimos lógicamente todas estas iniciativas que ayudan a hacer ver a la sociedad que las personas discapacitadas son tan sexuales como aquéllas que no sufren discapacidad alguna. Derribar las barreras con las que una persona discapacitada pudiera encontrarse en su vida y que le impidieran alcanzar los niveles de dignidad y placer de una persona no discapacitada debería convertirse en un objetivo social. Erradicar las ideas caducas, desajustadas y confusas sobre temas referentes a la sexualidad de las personas discapacitadas es un paso imprescindible para alcanzar el fin de una verdadera igualdad. Una buena educación sexual que se iniciara a una edad escolar conveniente sería, desde luego, el mejor camino. Hasta que los gobiernos se decidan a impulsar políticas que fomenten esa educación deberemos conformarnos con aplaudir y disfrutar de iniciativas como las de Playboy, Lisa J. Murphy o Nina Linde. Que sigan creándose libros eróticos para ciegos, por favor. Quienes sólo tienen la posibilidad de ver a través de lo que le transmiten otros sentidos que no son el de la vista también tienen derecho a ver, aunque sea con la yema de sus dedos, la maravilla de un cuerpo desnudo o las excitantes combinaciones de los seres humanos deseándose y entregándose a las delicias del sexo.