Ilustradoras eróticas

Hay una tendencia tan absurda como carente de base real a asociar el arte erótico a la exclusiva autoría masculina. Por suerte, poco a poco, y aunque sea a cuentagotas, van surgiendo nombres de pintoras, directoras de cine y dibujantes que van haciéndonos cambiar dicha percepción. Si en alguna ocasión hemos hablado aquí de la tarea de directoras de cine que, como la sueca y residente en Barcelona Erika Lust, intentan ofrecer un tipo distinto de cine porno al habitualmente filmado por la industria pornográfica, ahora queremos destacar cómo autoras como Apollonia Saintclair o Francine Van Hove, cada una con sus propias características y su propia visión de lo que es el erotismo, enriquecen el presente de un mundo, el de la ilustración erótica, en la que brillan autores masculinos como Luis Royo, Paolo Eleuteri Serpieri, Richard Vance Corbe, Hajimo Sorayama, Takato Yanamoto, Namio Harukawa o Milo Manara.

El trabajo de todas estas ilustradoras, tan enriquecedor para el mundo de la ilustración erótica, tiene un antecedente que, por su atrevimiento temático y su calidad ejecutoria, supuso toda una revolución a principios del siglo XX. La ilustradora de la que estamos hablando es Gerda Wegener.

Nacida en 1885 en Dinamarca, Gerda Wegener ha pasado a la historia como una de las primeras dibujantes que convirtió el lesbianismo en tema central de sus ilustraciones eróticas. Cuando lo hizo, Gerda Wegener ya era una ilustradora famosa. Dibujos suyos servían para dar colorido y calidad a las páginas de publicaciones como Vogue, Vie Parisienne o La Baïonnette. Las doce acuarelas sobre escenas lésbicas que en 1925 sirvieron a Gerda Wegener para ilustrar una obra del poeta y escritor Louis Perceau sirvieron para convertir a esta mujer en una referencia ineludible en el mundo de la creación lésbica.

Mujer del primer transexual

La obra de Gerda Wegener es, en cierto modo, fruto de su propia vida. No falta quien dice que, pese a haber estado casada en dos ocasiones, Gerda Wegener era lesbiana como las protagonistas de esas doce acuarelas de las que hablamos.

De esos dos matrimonios de Gerda Wegener, ha sido el primero el que ha quedado para la historia. Sobre él, incluso, se ha editado una novela escrita por el autor estadounidense David Ebershoff y se ha rodado un film dirigido por Tom Hooper y basada en la anterior novela. Estrenada este año, The Danish Girl (La chica danesa), cuenta la historia personal de quien fue el primer marido de Gerda, el también artista danés Einar Wegener.

El matrimonio de Einar y Gerda Wegener fue, sin duda, un matrimonio extraño. Einar y Gerda Wegener, que se habían conocido en la Real Academia Danesa de Bellas Artes, fueron un matrimonio muy célebre en el París de los años veinte. De hecho, habían llegado a la capital parisina huyendo del ambiente asfixiante de una Copenhage en la que Einar y Gerda eran vistos como dos bichos raros. En aquel París de inicios del siglo XX Einar y Gerda Wegener pudieron gozar de su relación de una manera más libre. Sus peculiaridades personales y su tarea artística (Einar fue un reconocido retratista) les permitió gozar de una importante celebridad. Dicha celebridad se hizo todavía más intensa cuando Einar se convirtió en el primer transexual de la historia. Entre 1930 y 1931, Einar Wegener, que sería conocido más tarde con el nombre de Lili Elbe, sufrió cinco operaciones de género. Entre estas operaciones no sólo hay que incluir la castración sino también el implante de ovarios y útero. Con ello, Einar, que había descubierto su transexualidad al tener que sustituir a una modelo para que su mujer creara una de sus obras, deseaba aspirar a la posibilidad de ser madre. La muerte de Einar a consecuencia de estas operaciones (fueron múltiples los rechazos sufridos) y su carácter pionero lo han convertido en una especie de ídolo en los círculos transexuales de todo el mundo.

Antes de morir, Einar Wegener sirvió de modelo a Gerda para que ella dibujara sus ilustraciones eróticas. Para muchos críticos, él era aquella mujer vestida a la última moda y con unos bellos ojos avellanados que aparecía en la mayor parte de las ilustraciones de Gerda Wegener.

Dichas ilustraciones eran fruto de la confluencia de diversas corrientes artísticas. El romanticismo, el art déco y el cubismo confluyeron en el arte de Gerda Wegener, que quedará para siempre para la historia como una de las primeras ilustradoras eróticas de la historia. En sus ilustraciones podemos ver a mujeres que se acarician los genitales unas a otras o que se los besan o lamen. Esas imágenes, de una explicitud total, siguen sorprendiéndonos por su descaro. Sin duda, toda una referencia en la historia de la ilustración erótica.

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