La droga de las redes sociales

Tener 712.000 seguidores puede hacer que una persona pierda el norte sobre dónde se haya la frontera entre la realidad y la ilusión. Esto, más o menos, es lo que ha venido a decir Essena O’Neill, una de las grandes estrellas de la red social Instagram al decidir abandonar la plataforma y eliminar las más de 2.000 fotografías que había compartido con otros usuarios.

Con 18 años, Essena O’Neill ha despertado del sueño de una fama basada en horas y horas de posar para conseguir día tras día mostrar en el cuadrado de una foto de Instagram la imagen más sensual y atractiva de su bello cuerpo. La casi adolescencia de O’Neill ha brillado espectacular en todas esas fotografías que la convirtieron en una de las mayores estrellas de Instagram y que ella ha borrado de la famosa red social.

Ahora, Essena O’Neill ha decidido desintoxicarse de las redes sociales y de un estilo de vida que, según sus propias palabras, la consumía. No en vano, esta preciosidad empezó a ser un acontecimiento en Instagram con sólo 12 años. A esa tierna edad empezó a buscar, de manera compulsiva, el reconocimiento de la gente. Vivía para el like y para contabilizar el número de visitas. Pasar del medio millón de seguidores al millón se convirtió para ella en una obsesión. “Cuando dejas que los números te definan”, afirma ahora, “dejas que te defina algo no real”.

Y los números, en el caso de Essena O’Neill, son aplastantes. 712.000 seguidores en Instagram; 200.000 en Youtube y 60.000 en Snapchat. ¿Eso en qué se traduce? En que marcas de ropa, calzado, gafas, etc. pagaban grandes cantidades de dinero para que ella, en esas fotografías cuadradas de Instagram (formato de imagen que es todo un homenaje a las imágenes propias de la Kodak Instamatic y las Polaroid), mostrara las prendas y artículos propios de esas marcas. Essena O’Neill cuenta cómo, cuando tenía 150.000 seguidores, le pagaron 365 euros por aparecer con un vestido marinero bebiendo un zumo. En sus últimos tiempos en Instagram llegó a cobrar 1.300 euros por un post.

Desengancharse de todo ese engranaje no debe resultar fácil. Pero la madurez ha llegado a Essena O’Neill en forma de comprensión de la irrealidad que rodea a ese mundo en el que todo se fundamenta en la apariencia. Comprendida dicha irrealidad, la bella Essena O’Neill ha querido transmitir su experiencia a todas las chicas que pueden estar experimentando las mismas sensaciones que ella experimentó hasta quedar enganchada a la droga de Instragam y para ello se ha puesto a trabajar en un proyecto de concienciación para que esas chicas eviten caer en lo que ella cayó.

El proyecto de concienciación de Essena O’Neill tiene un nombre, Let’s be a game changers (Vamos a cambiar el juego). Desde ese sitio web, O’Neill, que se considera parte de una generación de “cerebros lavados” comparte textos y vídeos en los que confiesa sus sentimientos y en los que relata su experiencia. Algunas de las imágenes que aparecen en su página web son imágenes que ya aparecieron en su momento en Instagram. Ahora, sin embargo, vienen acompañadas de una pequeña explicación. En dicha explicación se cuenta cómo fue realizada esa imagen. La historia que se esconde tras cada fotografía sirve como demostración de hasta qué punto la persona que comparte una foto en la red social está obsesionada por gustar a los demás. Acompañando a una de esas fotografías, Essena O´Neill cuenta todo el proceso que llevó a la realización de esa foto. Es decir: el texto que acompaña a la foto relata el proceso de maquillaje, peluquería, elección de vestuario (ajustado, por supuesto) y selección de una joya que al final fue tan grande, llamativa y aparatosa como difícil de llevar. Al final, una vez elegido todo, se realizaron más de 50 fotografías. Entre todas ellas, sólo una fue la elegida para ser colocada en Instagram. Este proceso absorbía las energías de Essena O’Neill, que invertía todo su día a día en componer una imagen que fuera aprobada por sus seguidores. En una palabra: la vida cotidiana de O’Neill se centraba en el objetivo único de ser aceptada estéticamente por miles y miles de personas que, al fin y al cabo, sólo conocían de ella su imagen.

Si no tienes clara qué imagen es ésa o no eres usuario habitual de Instagram, aquí hemos realizado una pequeña selección de imágenes de Essena O’Neill para que conozcas qué belleza es la que pierde esta famosa y mundialmente extendida red social.

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