No sabes cuánta falta nos hacías, Kim Kardashian. Hartos de bellezones escuálidas, cansados de tantos cuerpos Danone, hastiados de la linealidad casi masculina de tantas y tantas modelos como nos muestran revistas y carteles publicitarios, llegaron tus curvas para hacernos sentir, de nuevo, el vértigo de lo exuberantemente femenino. Pechos enormes, culo de impacto, facciones grandes, piel morena de descendiente de armenios… no hay en tu cuerpo un centímetro de piel que no invite a la sexualidad. Por eso hemos decidido dedicarte un artículo en este apartado dedicado a las grandes bellezas del mundo del espectáculo.
En este post daremos un repaso por la carrera profesional de Kim Kardashian, realizaremos un encendido elogio de sus más que llamativos encantos físicos y publicaremos algunas de sus fotos más hot. De esa forma rendiremos homenaje a una de esas mujeres de rompe y rasga que nunca deja indiferente a quien la contempla y que es pura sensualidad, una de esas hembras que parecen necesitar un macho muy macho en la cama para quedar satisfechas. Y eso, claro, enciende nuestra imaginación. Te invitamos a conocer la vida y los encantos de Kim Kardashian.
Kim Kardashian: una carrera profesional polifacética
Kim Kardashian, nacida el 21 de octubre de 1980 en Los Ángeles, California, es una figura emblemática en el mundo del entretenimiento y los negocios. Su carrera profesional ha evolucionado de manera notable a lo largo de los años, transformándose de una celebridad de reality show a una empresaria influyente y activista social.
Su carrera comenzó a ganar atención en 2007 con el estreno del reality show Keeping Up with the Kardashians, que seguía la vida de su familia, los Kardashian-Jenner. Aunque el programa fue inicialmente criticado por su enfoque en la vida de lujo y la superficialidad, pronto se convirtió en un fenómeno cultural, catapultando a Kim y a su familia a la fama mundial. Su habilidad para captar la atención del público y su carisma innato hicieron que el programa fuera un gran éxito, y permitió a Kim expandir su marca personal.
Aprovechando su creciente popularidad, Kim Kardashian diversificó su carrera al entrar en el mundo de los negocios. En 2010, lanzó su primera fragancia, que tuvo una excelente acogida en el mercado. A partir de ahí, su imperio comenzó a expandirse rápidamente. En 2015, lanzó la aplicación “Kimoji”, que se convirtió en un éxito instantáneo y consolidó su estatus como una empresaria innovadora y astuta en el ámbito digital.
Uno de los hitos más significativos en su carrera empresarial fue el lanzamiento de Kardashian Beauty, una línea de productos de belleza que incluía maquillaje y productos para el cuidado del cabello. Su capacidad para influir en las tendencias de belleza y moda ha sido innegable, y ha utilizado su plataforma para promover diversas marcas y colaboraciones.
Además de su carrera en el entretenimiento y los negocios, Kim Kardashian ha estado involucrada en varias iniciativas de activismo social. En los últimos años, ha utilizado su influencia para abogar por la reforma del sistema penitenciario y la justicia social. En 2018, logró una victoria significativa al ayudar a la liberación de Alice Marie Johnson, una mujer que había sido condenada a cadena perpetua por un delito no violento relacionado con las drogas. Este evento llamó la atención sobre las injusticias en el sistema judicial estadounidense y reforzó la imagen de Kim como una defensora de los derechos humanos.
Kim Kardashian también ha sido pionera en el uso de redes sociales como una herramienta de marketing y conexión con sus seguidores. Con millones de seguidores en plataformas como Instagram y Twitter, ha sabido capitalizar su presencia en línea para promover sus proyectos y generar ingresos significativos a través de patrocinios y colaboraciones. Su enfoque en la autenticidad y la conexión personal con sus seguidores ha sido clave para su éxito en el mundo digital.
Kim Kardashian desnuda: una oda a la sensualidad
Imaginamos a Kim Kardashian desnuda y pensamos en un territorio que hay que conquistar con esfuerzo. Por los rincones de ese cuerpo no puede aventurarse cualquiera. Ese cuerpazo no está hecho para intentonas sexuales de aprendices de amantes. Su exuberancia, que nos recuerda a la de otros animales eróticos como Sophie Howard, puede acongojar a neófitos e inseguros. Esa figura exige aventureros experimentados, gente bregada en los asuntos del sexo. Queremos creer que somos así. Sólo así, creyéndonos amantes superdotados, podremos atrevernos a imaginarnos protagonistas de una tórrida noche de amor junto a Kim Kardashian.
Y es que imaginamos a Kim Kardashian follando y pensamos inevitablemente en una especie de volcán en erupción. La dibujamos en nuestros sueños sentada sobre nosotros, cabalgándonos. La soñamos cimbreando la cintura mientras sus pechos bailotean sobre nuestro rostro reclamando nuestros besos, el roce de nuestros labios en sus pezones y la caricia ansiosa y admirativa de nuestras manos. Trémulas, ellas apenas alcanzan a abarcar tanta exuberancia como esas tetas desparraman ante nuestros ojos extasiados.
Se nos pierden las caricias por esa cintura, por la mata asilvestrada de su cabella, por sus nalgas inabarcables, por esa entrepierna que tapa pudorosamente en alguna de tus fotos, como si con el gesto púdico de ocultar su pubis pudiera borrar de un plumazo la cachondez en que nos sume cuando se nos muestra, sugerente y excitante, como surgida de un cuento de Las Mil y Una Noches, Sherezade de nuestras pajas más secretas.
Carta de pasión a Kim Kardashian
Kim: nos sedujiste desde que te vimos aparecer en el papel couché de la mano de Paris Hilton. Supiste amortizar su amistad y aprendiste a volar sola en el mundo del show business. Protagonizaste junto a tu familia un programa de telerrealidad, lanzaste tu propia línea de perfume, tu línea de joyería, tu línea de bronceadores, tu línea de ropa… Parece que tu olfato para los negocios es insaciable y que te gusta compartir tus aventuras empresariales con tus hermanas Kourtney y Khloé. Vamos aprendiendo todo eso poco a poco, informándonos sobre ti en los ratos libres que nos deja el embeleso de contemplar tu cuerpo explosivo e incendiario.
Si fueras chicas de barrio, ¿cuántos piropos no te llegarían desde los andamios y las obras?, ¿cuántos jubilados no echarían mano a la pastilla sublingual cuando te vieran atravesar la plaza dejando de tras de ti la estela sensual y casi mareante del vaivén de tus caderas?
Miramos tu culo monumental y, abandonados definitivamente al oleaje caprichoso de nuestra imaginación, soñamos con ese momento en el que, puesta a cuatro patas, nos lo ofreces para que lo degustemos con las ansias ardientes de nuestra lengua. Hazlo, Kim Kardashian, no te cortes, ofrécenoslo; pon ante nuestros ojos la ofrenda escandalosa de tu grupa. Hazlo, que nuestra lengua ya sabrá, borracha de deseo, abrirse paso entre esas nalgas ciclópeas. Ella sabrá encontrar el tesoro escondido. Ella lo masajeará lentamente. Ella lo relajará para que después nuestro deseo se hunda en él olvidando los temores y el vértigo que tus curvas puedan hacernos sentir. Hazlo y aprovéchate de nuestro deseo. Siéntelo dentro de ti. ¿Quién mejor que tú para saciar nuestras ganas de sexo anal? ¿Qué mejor culo para vaciarse que esas posaderas tuyas, rotundas y espléndidas, conjunción perfecta de la carne y la esfera?
Nos acariciamos pensando en ese momento que sabemos imposible. Nos masturbamos soñándolo. Y asumimos que está escrito que unos chicos de barrio como nosotros no podrán nunca saciar sus ganas de sexo anal en las honduras profundísimas de tu culo. Pero nos resistimos a dejarnos vencer por el desánimo y buscamos quien te sustituya. Sabemos que hay mujeres como tú, mujeres de nalgas poderosas y pechos opulentos, dispuestas a rendir sus rincones más secretos a la curiosidad exploradora y educada de nuestro deseo.
Esas mujeres, expertas y sabias, jocosas y dulces, están ahí, a un clic de ordenador, prestas a mostrarnos sus encantos y su número de teléfono. Esas mujeres sabias esperan nuestra llamada. De hecho, son tan sabias que no sentirán celos ni resentimiento alguno cuando, hundidos en ellas, ciegos de placer, cerremos los ojos para soñar contigo y con todos esos rincones paradisíacos que intuimos en tu cuerpo cuando, como ahora, miramos tus fotos más calientes.