Pocas cosas dan tanto morbo como la falsa inocencia. En el imaginario masculino, esa falsa inocencia remite a virginidad a punto de perderse o, lo que viene a ser lo mismo, a trofeo por conquistar. No hay hombre que no sueñe con desvirgar a una chica inocente que, de repente, perdido el virgo, se revela como un volcán en erupción. La mujer de la que vamos a hablar en este artículo empujas hacia ese tipo de pensamiento. Vemos la candidez en sus ojos, esa especie de belleza virginal, y el lobo que llevamos dentro nos pide hincarle el diente a tu piel. Ya sólo nos faltó contemplar el cuerpo de Dakota Johnson desnuda, atada a una cama, convertida en Anastasia Steele, la chica protagonista de Cincuentas sombras de Grey, para soñarla perturbadoramente sucia, desvirgada y viciosa.
De ella vamos a hablar en este post. En él realizaremos un breve recorrido por la biografía de Dakota Johnson, citaremos algunos de sus films más famosos y exitosos y, tras entonar un encendido canto a su belleza, veremos algunas de sus imágenes más hot, un ramillete de estampas que sirven para demostrar hasta qué punto la actriz estadounidense puede ser sensualmente provocativa.
Empezaremos por dar respuesta a esta pregunta: ¿quién es Dakota Johnson y a qué se ha dedicado durante su carrera profesional?
Breve biografía de Dakota Johnson
Dakota Johnson, nacida el 4 de octubre de 1989 en Austin, Texas, es una actriz y modelo estadounidense que ha ganado reconocimiento mundial por su versatilidad y talento en la actuación. Hija de la actriz Melanie Griffith y el actor Don Johnson, Dakota creció en un entorno artístico que sin duda influyó en su decisión de seguir los pasos de sus padres en la industria del entretenimiento.
Desde temprana edad, Dakota mostró interés por la actuación. A los 10 años, hizo su debut en la pantalla grande con una pequeña aparición en la película Crazy in Alabama (1999), donde trabajó junto a su madre. Sin embargo, su carrera despegó realmente en 2010 cuando obtuvo un papel recurrente en la serie de televisión The Social Network, que le permitió hacerse un nombre en la industria.
Uno de los papeles que catapultó a la actriz estadounidense al estrellato fue el de Anastasia Steele en la adaptación cinematográfica de la exitosa novela erótica Cincuenta sombras de Grey (2015), dirigida por Sam Taylor-Johnson. Junto a Jamie Dornan, quien interpretó a Christian Grey, Dakota se convirtió en un símbolo de la cultura pop de la década, y la trilogía basada en los libros de E.L. James —que incluye Cincuenta sombras más oscuras (2017) y Cincuenta sombras liberadas (2018), una de las más famosas sagas de literatura erótica de la historia— consolidó su posición en Hollywood. Su interpretación fue elogiada por su capacidad para transmitir la complejidad emocional del personaje, a pesar de las críticas mixtas hacia la trama de las películas.
Aparte de su papel en la saga de “Cincuenta sombras”, Dakota ha demostrado su talento en una variedad de géneros cinematográficos. En 2019, protagonizó The Peanut Butter Falcon, una conmovedora historia sobre la amistad y la superación, donde compartió pantalla con Shia LaBeouf y Zack Gottsagen. Esta película fue bien recibida por la crítica y destacó la habilidad de la actriz para conectar emocionalmente con su público.
Otro de sus trabajos notables fue en Suspiria (2018), una inquietante película de terror dirigida por Luca Guadagnino. En este remake del clásico de Dario Argento, Dakota interpretó a una joven bailarina que se ve envuelta en un siniestro culto en una prestigiosa academia de danza en Berlín. Su actuación fue aclamada y mostró su capacidad para asumir roles desafiantes y complejos.
En el ámbito de la comedia, la artista norteamericana también brilló en The High Note (2020), donde compartió créditos con Tracee Ellis Ross. La película, que trata sobre la industria musical y la lucha por los sueños, permitió a la actriz norteamericana demostrar su versatilidad y carisma en un tono más ligero.
Además de su carrera como actriz, Dakota ha estado involucrada en varios proyectos de producción. En 2021, cofundó su propia productora, Forks & Knives, que busca crear contenido diverso y significativo. Esta faceta muestra su deseo de tener un impacto más amplio en la industria del entretenimiento, más allá de su trabajo frente a la cámara.
Dakota Johnson ha sabido navegar el mundo del cine con gracia y tenacidad. Con una carrera que sigue en ascenso, ha acumulado una serie de papeles memorables que reflejan su talento y diversidad. A medida que continúa explorando nuevos proyectos y desafiando sus límites como actriz, el público seguramente seguirá apoyándola y esperando con ansias lo que vendrá en su carrera.
Eso sí: lo que gran parte de su público no podrá evitar mientras siga contemplándola en la pantalla grande es imaginar a Dakota Johson desnuda y follando, pues la sensualidad de la actriz es tan arrebatadora como innegable, y el público masculino está siempre a la caza de imágenes que alimenten su libido y, llegado el caso, alimenten su onanismo.
Con ese puntito de falsa inocencia que resulta tan lúbrico y con esa mirada que, tras un velo de fingida timidez, parece estar pidiendo guerra, Dakota Johnson tiene todo lo que hay que tener para, apenas sin quererlo, poner en marcha la maquinaria de las fantasías sexuales más desbocadas y ardientes. Y es que la suya es una belleza morbosa y provocativa. Y de ella vamos a hablar en el siguiente apartado.
La morbosa belleza de Dakota Johson desnuda
¿Quién, contemplando una imagen de Dakota Johnson, no se la había imaginado desnuda y follando? Todos, alguna vez, habíamos soñado con esta bella actriz entregándonos su virginidad. Pero lo habíamos hecho siempre imaginando un polvo casi casto, un polvo de misionero y poco más. Un polvo en el que a lo que más se llegaba era a la postura del loto y a un abrazo intenso mientras nuestro deseo inflamado entraba dentro de ella rasgando el tesoro casi áureo de su himen.
Y de golpe y porrazo la vimos proyectada en todas las pantallas cinematográficas del orbe, atada y sumisa, suplicando azotes con los ojos vendados, perra y requeteperra, morbosa y vencida por el deseo. Y sentimos entonces envidia, mucha envidia. Que hubiese sido ese pazguato de Jamie Dornan, ese inexpresivo Christian Grey, quien hubiese descubierto las posibilidades eróticas más ocultas de la actriz nos perturbó más de lo que tú, Dakota, te puedes imaginar.
¿Cómo no alcanzamos nosotros a imaginarte protagonizando una escena bondage? ¿Cómo nos limitamos a la sencillez casi adolescente de imaginarte desnuda pudiendo imaginarte, además, colgada del techo, atada con unas cuerdas, tal y como te vimos y te vemos en esa película? ¿Nos falló la imaginación? ¿Nos engañaron tus ojos dulces y tu tímida sonrisa? ¿Qué sortilegio impidió que nuestra mirada sucia te imaginara sucia?
Quizás nos habíamos habituado a las fotos que veíamos de ti en revistas y en anuncios. Las repasamos ahora, una y otra vez, y nos decimos qué fue de nuestra chica virginal e inocente. En cierto sentido, Dakota, pensamos entonces que nos habías traicionado. Es más: pensamos que, en el fondo, en el fondo, te habías traicionado a ti misma. Que habías malvendido tu tesoro a cambio de nada. Porque en tus ojos, en esos ojos que aún hoy rezuman inocencia, seguía aleteando, a pesar de tanto gozo y tanto látigo y tanto vicio y tanto BDSM, ese poso de tristeza que siempre aleteó. El señor Grey no consiguió borrártelo, darling.
Te equivocaste de maestro, dulce Dakota. Te equivocaste de Lobo, Caperucita. Éramos nosotros quienes podíamos enseñarte a gozar. Éramos nosotros los que podíamos, a la vez, conocer el placer infinito de la conquista de lo puro que en ti habitaba. Habríamos hecho el amor sin barroquismos sadomasoquistas ni vendas en los ojos, sin cuerdas de algodón ni artificios bondage. Lo habríamos hecho como, quizás, lo hicieron Adán y Eva en el inicio de los tiempos, antes de ser expulsados del Paraíso. Con el poquito de temor de sentirnos a punto de quebrantar una ley divina y con la resignación ante lo que, como el deseo, acostumbra a ser irremediable.
Y así, querida, nos habrías entregado la pureza que siempre imaginamos que tenías. Después, cuando nuestros cuerpos se hubieran conocido, cuando nuestra lengua hubiera recorrido cada centímetro de tu piel de incienso, ya iríamos adentrándonos, poco a poco, en el reino de la nalgada y la esposa, de la fusta y el látigo, del cumshot y el sexo anal.
Pero eso sería después. Mucho después. Eso sería cuando ya en el azul marítimo de tus ojos hubiera brotado el coral agreste y salvaje de la lujuria y en ellos no quedara ya ni un ápice de esa pureza que siempre encontramos en tu álbum de fotos. De él hemos sacado algunas de estas imágenes que ahora repasamos.
Las miramos hoy con la melancolía de quien añora lo que ya nunca será posible.
