El adiós a los desnudos de Playboy

Hace unos meses lo comentamos en un post de este blog: las campanas doblaban por los desnudos en Playboy. En ese mismo artículo comentábamos como la revista de Hugh Hefner había decidido prescindir de los desnudos a partir del próximo mes de marzo. El plan de renovación de contenidos de la revista es una más de las medidas que la dirección de la célebre revista norteamericana ha decidido adoptar para sanear una empresa que está viviendo un momento económico difícil. Tanto, que la dirección de Playboy Enterprise ha decidido poner en venta, y por 200 millones de dólares, la célebre Mansión Playboy, ese lugar mítico con 29 habitaciones, sala de juego, bodega de vinos y con la famosísima piscina en la que tantas veces hemos visto chapotear a los maravillosos y excitantes conejitos Playboy que convertían cualquier fiesta organizada por Hefner en uno de los acontecimientos más envidiados por todos los amantes del erotismo del mundo.

Podríamos considerar que todos estos amantes del erotismo pueden sentirse de luto ante la desaparición de los desnudos en Playboy. Playboy ha sido, sin duda, todo un referente para los amantes del erotismo desde que su primer número viera la luz, allá por el lejano 1953, y su lenta decadencia (la empresa proclama que la inyección de esos 200 millones de dólares por la venta de la Mansión Playboy le permitirá “invertir en la transformación” del negocio y orientar el estilo de la revista hacia la prensa de tendencias) no deja de plantearse como un golpe sentimental semejante al que sufrieron todas las personas que estaban “enganchadas” al consultorio radiofónico de Elena Francis cuando la emisora anunció el fin del programa. Aquel mito radiofónico que empezó a emitirse en la década de los cuarenta y que duró en antena casi 40 años estableció con sus oyentes una relación que podría equipararse a la que, durante ¡más de seis décadas!, ha mantenido Playboy con todos sus lectores.

El luto que el amante del erotismo debe padecer por la desaparición de los desnudos en Playboy se ve recrudecido, además, por la desaparición de la edición en papel de otra de las grandes cabeceras del mundo del erotismo: Penthouse. Tras más de 50 años de existencia en papel, el de enero del presente año ha sido el último número de esta publicación erótica en estar disponible en los kioskos. En ellos ya no se podrá encontrar la maravillosa belleza de las pets que siempre nos alegraron la vista al acercarnos a los quioscos. A partir de ahora, Penthouse sólo podrá contemplarse vía internet.

Pero está escrito: “a rey muerto, rey puesto” (o, si lo prefieres, “un clavo saca otro clavo”). O sea: que, desaparecidos los desnudos en Playboy, al amante de las publicaciones eróticas le queda un interesante abanico de revistas que, a la sombra del gigante de Los Ángeles, ha ido elaborando y asentando una oferta que, poco a poco, ha ido abriéndose un hueco en el mercado de las revistas eróticas.

Revistas eróticas al gusto de todos

¿Qué publicaciones son ésas? A continuación te ofrecemos un pequeño listado de esas publicaciones eróticas que, a base de tesón y de trabajo bien hecho e intentando ofrecer una imagen lindante con el arte, la literatura o el diseño gráfico, se han convertido en revistas eróticas de referencia para todos los amantes del erotismo.

Todas estas revistas eróticas nacen de pequeños grupos editoriales y, al contrario que Playboy, tienen pequeñas tiradas y se venden por correo o en puntos de venta exclusivos a un público que se muestra extremadamente fiel a dichas publicaciones. Esta fidelidad permite a estas publicaciones eróticas en papel mantenerse en el mercado en unos tiempos en los que la competencia de internet y, sobre todo, la oferta gratuita de porno en streaming, convierte en aventuras ciertamente admirables todas las iniciativas empresariales que tengan que ver con la impresión y la distribución de publicaciones.

Odiseo

Una de estas publicaciones es la barcelonesa Odiseo. Realizada por el estudio Folch, sus creadores la califican como algo que está a medio camino entre el libro y la revista. Sus números se convierten en reflexiones en los que el desnudo y los ensayos se entrelazan para crear una publicación erótica en la que no existe la publicidad y que tiene un límite de tirada: 3.000 ejemplares que siempre se agotan y que nunca se reeditan. Odiseo es, para muchos amantes del erotismo, una muestra perfecta de publicación erótica sofisticada y chic.

Lui

Lui es otra de las revistas eróticas imprescindibles para todos los amantes del erotismo. Durante treinta años (entre los 60 y mediados de los 90) fue la versión francesa e intelectualoide de Playboy. Frédéric Beigdeber la volvió a lanzar al mercado en 2013. La intención era elaborar una publicación erótica con clase. Los números le han dado la razón. La revista goza de una excelente salud y en su portada han aparecido desnudas mujeres como Rihanna, Kate Moss, Naomi Campell, Lara Stone, Isabeli Fontana o Anja Rubik. Begideber es, en cierto modo, el Hugh Hefner francés. En él hay un algo de paródico pero su revista erótica ha alcanzado un prestigio y, por encima de todo, un éxito, que la convierten en cita imprescindible para todos los amantes del erotismo.

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Adult

Otra de las publicaciones eróticas destacables es la neoyorquina Adult. Con una estética marcadamente vintage, Adult es, según su redactora jefa y cofundadora Sarah Nicole Prickett, una revista erótica feminista. Publicada trimestralmente, Adult incluye todo tipo de contenidos, desde relatos porno hasta desplegables con instrucciones y consejos para masturbarse en grupo, todo ello tratado desde una óptica eminentemente feminista (la redacción está compuesta por cinco mujeres y un hombre) y de una manera elegante. Esta publicación erótica prioriza el papel desempeñado por el texto. Sus editoras consideran que vivimos un tiempo de saturación visual. El porno nos muestra demasiadas imágenes y demasiado explícitas y coarta todo poder de la imaginación. El poder de la palabra, por el contrario, se sustenta sobre lo no explícito. Al sugerir y hacer volar la imaginación, la palabra puede resultar muy sexy. Sobre ese principio es sobre el que el equipo de Adult sustenta su producto.

Treats

Treats, por su parte, nació en Los Ángeles de la mente de un fotógrafo, Steve Shaw. Shaw, que ha sido fotógrafo de moda para revistas como FHM o Maxim, intenta mostrar el desnudo como algo absolutamente natural y desprovisto de obscenidad. Gracias a esa mirada (y al trabajo de fotógrafos neófitos), Treats se convierte en algo más que en una publicación erótica. Treats se convierte en un magnífico tributo a la anatomía femenina.

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Fluffer

“La fotografía del desnudo contemporáneo” es el subtítulo que el diseñador gráfico Dario Morgante dio a Fluffer, una publicación erótica nacida para buscar un nuevo punto de vista sobre la desnudez. La persecución de este objetivo convierte a Fluffer en una publicación erótica tremendamente innovadora y en un magnífico escaparate para todos aquellos amantes del erotismo que estén a la busca de una nueva y enriquecedora experiencia sensitiva.